jueves, 24 de marzo de 2011

202 años de ingenio

Hoy, 24 de marzo, se cumplen 202 años del nacimiento de Larra. Para conmemorarlo, aquí propongo un fragmento de uno de sus más célebres artículos, "Vuelva usted mañana".
Gloria al genio

¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo y pereza de abrir los ojos para hojear [los pocos folletos] que tengo que darte [ya], te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que pueda hacer hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta; que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fué de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé: Vuelva usted mañana; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: ¡Eh, mañana le escribiré! Da gracias a que llegó por fin este mañana, que no es del todo malo; pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!

(El Pobrecito Hablador, 11 enero de1833)

miércoles, 23 de marzo de 2011

Carta a una amante anónima


Querida amante anónima,

Te escribo para disculparme. Quizá sea este mundo corrompido el que tenga la culpa, es posible que yo sea la personificación de ese mundo. No sé si me he convertido en aquello contra lo que precisamente lucho a diario. Amante anónima, siento no tener las respuestas que buscas. Siento no ser capaz de dar la cara al sentimiento. Lo único que te ofrezco es el triste consuelo de un placer absolutamente mundano. No sé si fui yo o fuiste tú quien me reveló que el amor es demasiado complejo como para querer abrazarlo, quizá seamos nosotros los que hemos preferido vivir viciados por bocanadas de lujuria: nada de promesas, nada de palabras idealistas pues son éstas las peores de las promesas. Querida amante anónima, te doy las gracias por haberme enseñado el relativismo del sentimiento. Me temo que no sé si sabré agradecértelo, no sé si seré coherente; me da miedo tener el poder de hacer daño en mis manos. Me asusta herir lo más profundo del alma. Mi buena amante anónima, te pido perdón por ser frío y desalmado; por ser un cínico embriagado; por quedarme en lo superficial del sentimiento; por pronunciar palabras que significan más de lo que son; por no volver a abrazarte jamás. Pues mi querida amante anónima, tienes algo mucho más valioso: tus sueños, ésos no tienen precio. Si te preguntas por mí, estáte tranquila, probablemente siga suspirando por los mismos besos, suicidando mi destino, víctima del recuerdo. Gracias por hacerme huir de la bohemia y de todos aquellos espectáculos que parecen hacer del amor una moda. Tú, querida amante anónima, aunque te cueste creerlo, eres mi fiel aliada contra la rendición y el fracaso. Aguanta el tiempo mientras todo se haga viejo, hasta que algún día sea capaz de devolverte el favor que un día me hiciste. No te vuelvas una escéptica, no creas que las lágrimas que desprende tu desconsuelo han caído en lo más hondo del olvido. No renuncies a entregarte a alguien que haya sentido lo mismo que tú, dejando de lado la parte más narcisista de tu sentimiento; muere, si hace falta... No te inquietes al pensar que quizás no llega un mañana, pues al final no es más que un formidable secreto. Mi querida amante anónima, no va a ser mi amor quien te desvele ese misterio; no van a ser mis labios los que produzcan un escalofrío por todo tu cuerpo; no quiero ni mirarte porque hoy no soy sincero... No me entregues tu amor, no sabré apreciarlo. Si un dia no encuentras consuelo; si un día no hay luz en tus sueños; si ya no te quedan amigos que gastar, vuelve a gritarle al mundo, mi fiel amante anónima, que jamás empezó a ser justo.

Siempre tuyo
Luiggi Pirandello
Dedicado al último francés

Souviens-toi mi amigo gabacho
que habiendo querido tanto,
te entregué un día mi llanto
porque ya no me queda amor

Bregando contracorriente

Contreras soy, de profesión,
no me gusta que haya ambiente
si es pegarme con la gente
por un metro de salón,
ni me marquen, vil rocino,
ni me anillen, vip porcino.
que me empujen extranjeros
que me esquilmen mi dinero.

Muchas gentes, poco espacio
copas caras sudor agrio.
Dondiegos de día,
de intenciones zahínas.
Donjuanes de noche
de tarjetazo y derroche.

Disfrazadas de damas
excursionistas de cama.
Gorilas amigos,
con cara de pocos.
Borrachos lascivos
algún poeta loco.

Tanto ruido hace silencio,
de las almas sus encantos
tan deprisa es muy despacio
más que risas, oigo llantos.
Entre ritmos estridentes,
ahogase conversación,
bebe, baila, ríe, miente,
y si pillas....¡Mi canción!

Si conduces hoy no bebes,
responsables, no te pienses,
en el país de los tuertos,
con dos ojos, estas muerto.
Cuando bajas el listón,
iletrado, es profesor.

José Arcadio Buendía

jueves, 10 de marzo de 2011

Sensible a ti

Estudiante que madruga
descubre somnoliento
la revuelta en la natura.

Almendros que en aumento,
desbancan a la piedra dura
gris mezquino en retroceso.

Espoleada por el viento,
rojigualda bandera ondea,
sumándose al momento,
policroma asamblea.

Sorprendidos por el Sol,
noctámbulos buscan refugio
la invernal noche el finiquito
primaverales mañanas son.

Castellana, almendros en flor,
pichones pían en Aguilera
lo riega un sol de hora primera,
Madrid vuelve a tener color.

José Arcadio Buendía