miércoles, 1 de febrero de 2012

Mentiras de frío invierno

A veces, cuando imagino,
me empeño en gastar el tiempo
en hojas de falsos poemas,
mentiras de frío invierno.
A veces, cuando me dejan,
me pienso que estás ahí dentro:
en mi cama, en mis brazos,
en los pasillos del pensamiento;
en tu ilusión y en qué harás
resumo mi sarta de versos.
A veces, cuando regresas,
le grito muy fuerte al silencio;
le canto una nana a la razón
y ahí comienza mi sueño.
A veces, de vez en cuando,
le doy de comer a un perro,
con tal de olvidar las noches
de puro arrepentimiento.
A veces, si me permites,
y creo que lo merezco,
regalo un falso perdón
y un beso a tu dulce recuerdo.
A veces, me duelen los ojos,
cansado de ver en mi espejo
fantasmas que mueren matando
las ruinas de un hombre bueno.
A veces, si me distraigo,
retorno al helado infierno,
allí donde no quiero amantes
y todas no saltan al cuello.
A veces, entre papeles,
realizo un último intento,
pensando si sirve de algo
decir un sencillo "te quiero"

A Mackie
Luiggi Pirandello

lunes, 24 de octubre de 2011

Vuelta a empezar

Hoy me encuentro de frente,
de cara al muro de siempre
hombre soy y tropezado
hora es de los valientes

Dicen que caer está permitido
más levantarse, obligación
dame Señor las fuerzas
hoy, que pido tu perdón.

Madurar es aprender,
de los errores y el pasado,
superar las adversidades,
descubrir el camino marcado.

Siéntome empantanado
en la ciénaga del fracaso
quiero ver un nuevo día
más atisbo un negro ocaso.

Una lámpara se enciende,
en la negrura de siempre,
es la experiencia del amor.
que perdona, que no miente.

José Arcadio Buendía

Retorno al infierno

Hoy me he suicidado porque tenía frío,
y en el infierno vi el arma homicida,
los últimos restos del árbol caído,
la voluntad moribunda del reo de muerte,
la risa partirse de pena,
la ciudad llorando a cántaros.
Allí vi taxistas leyendo a Bakunin,
a niñas que duermen en su cama contentas,
porque no saben que un monstruo hay debajo:
el despojo de la soberbia
jugando al póker con la injusticia.
Mientras, los versos mantienen mis cimientos
esperando a un Godot
al que no le van los juegos de manos.
Si nos pinchas, no sangramos
las pirañas que habitan mi vaso
me chuparon la última gota.
Ahora soy una de ellas.
Contemplé a cobardes bajo orden de arresto
por vivir una vida de vil desenfreno
y llenar su cabeza de horrible lamento.
Me entró pánico.
Motoristas sin casco gritando a la vida joven,
maestros de plaza dando un buen pase de pecho,
tu último beso a oscuras, sin palos de ciego
y un orgullo quebrado...
Hoy he ido al infierno y he vuelto

A Borjita

Luiggi Pirandello

miércoles, 5 de octubre de 2011

Sirocco

Decorado de muchos,
Tema de unos pocos,
Tú que meces la luz,
de la lumbre por focos.

Caminante incansable,
siseante en tormenta,
tú que mueves los mares
y refrescas la siesta.

Cálida en verano,
gélido en invierno,
a dunas y aludes,
marcas los tiempos.

Al madrugar saludas,
Y refrescas ¡oh brisa!.
La chaqueta de un galán,
bien arropa a su cita.

Molinos modernos,
producen sustento,
dependen de tí,
gigantes modestos.

Tan pronto te vas,
tan pronto vuelves,
más si te paras....
silencio se siente.

José Arcadio Buendía

martes, 4 de octubre de 2011

¡Libertad para los presos cebollistas!



Miles de personas indignadas se han congregado esta mañana a las puertas de la Audiencia Nacional, unidos por un mismo grito: "¡Justicia para los presos cebollistas!". La policía nacional ha tenido que disolver la concentración por miedo a un posible boicot del proceso judicial que está llevando a cabo el juez Ruz. Los disturbios han continuado a primera hora de la tarde en las inmediaciones de la plaza madrileña de Colón; los manifestantes han cargado contra distintos restaurantes de la zona, amenazando a todo aquél que no fuera capaz de preparar una tortilla compuesta por el ansiado bulbo liliáceo. El germen del problema nace con la detención del último líder cebollista, Fulgencio Stanis, cuyo delito fue proferir una elegía exaltando las virtudes del hígado de cerdo encebollado en la manifestación del pasado mes de junio. Para el juez Ruz, se trata de algo más que un conjunto de versos bien rimados, acusándolo de apología del cebollismo y colaboración con banda cebollista. Pues, recordemos que Stanis formó parte de las juventudes entrenadas en las montañas de los Pirineos para ser capaces de preparar cócteles de cebolla caramelizada. A él se suman cada vez más casos de detenidos por razones similares: la noche del jueves, un joven de veinte años recibió una paliza prácticamente de muerte por haber inundado el patio de su urbanización con el olor de un sofrito. La culpa la tuvo simplemente una ventana mal cerrada. Abogados del detenido sugieren incidir en la violación del principio de legalidad pues no existe hoy día regulación alguna acerca de tal desproporcionada persecución. Por su parte, el Ministerio del Interior en colaboración con el de Agricultura y Pesca se amparan en la Disposición Transitoria número Treinta del Decreto-Ley de Nutrición y Desarrollo Culinario: "todo aquel que contrajere intención de consumir cebolla, en cualquiera de sus variantes o en cualquiera de las formas previstas para su degustación, será condenado [...]". Fuentes cercanas a los detenidos han confesado que el trato recibido por los detenidos ha sido demencial y cada vez se sospecha más de la ortodoxia policial. El boca a boca ha conseguido que cada vez más personas se solidaricen con la causa cebollista, convocándose dos manifestaciones en Cataluña y otra en la Puerta del Sol. Puede que fuera hace lustros cuando se registró un enfrentamiento social semejante. Los historiadores reconocen que la persecución a los laístas no es, bajo ningún concepto, equiparable ni en cuanto a medios ni en cuanto a fondo. Con el paso de los días la crisis va en aumento y las instituciones locales también se han visto obligadas a tomar partido en este conflicto. Sin ir más lejos, el parlamento catalán ha propuesto sacar adelante un proyecto de ley, haciendo uso de sus competencias, por el cual la cebolla fuera considerada de una vez por todas como una droga ilegal. Su argumento giraba entorno a la idea del estímulo inconsciente que ésta es capaz de producir en el lacrimal humano. Esta iniciativa ha sido respaldada por la gran mayoría de los partidos , a excepción de los diputados de Izquierda Unida Verde, que sufrieron un colapso cardíaco en la víspera de la votación, cuando pudieron ojear el orden del día. Mientras tanto, el agricultor era un paño de lágrimas en la tribuna de invitados. Ante el peligro de nuevos enfrentamientos, el Gobierno planteará este viernes en el Consejo de Ministro la posibilidad de activar el Estado de Alarma, haciéndose responsable el ejército de una situación sin precedentes. El flujo de denuncias entre cebollistas y no cebollistas han colapsado por completo las comisarías de los distintos distritos de la Comunidad. La última, de un prostíbulo cercano a la Puerta de Alcalá en el que una de sus empleadas se negó a prestar sus servicios debido a que a un cliente se le repetía una sabrosa sopa de cebolla. Otra, de la localidad de Ciempozuelos, en la que un dependiente de una tienda de ultramarinos se negó a entregar cebollas a un lugareño que ya las había comprado vía internet. El abogado del dependiente, haciendo gala de su estrafalario bigote, alegó que "la parte contratante de la primera parte acordó con la parte contratante de la segunda parte un contrato que, ateniéndose al Decreto Ley de Nutrición, era absolutamente anulable". Algo inaudito.¿A dónde vamos a llegar? Es deplorable que, en un Estado de Derecho como el nuestro, se sigan cometiendo estas atrocidades. El problema, probablemente, resida en los defectos que plantea nuestro sistema. Sí, nuestro sistema, ése que decidimos instaurar en 1978 para huir de dictadores implacables. Ahora, más que nunca, hay que echarse a la calle. Hemos de cambiar las instituciones políticas desde sus bases. Hay que demostrar al mundo que realmente somos muchos los jóvenes y adultos que vivimos indignados. Ya hay decenas de personas encerradas en la cárcel por un motivo injusto. ¡Ocupa tú la calle, no esperes a que lo haga el vecino! Desempolva la tienda de campaña y planta cara los Cuerpos y Fuerzas del Estado del Malestar. Míralos y grita... ¡Justicia para los presos cebollistas!

A la peña cebollista madridista

Luiggi Pirandello

martes, 13 de septiembre de 2011

Crónica de verano

He cautivado al mundo entero con mis versos. He caminado España de punta a punta, descalzo de sentimiento. Le he mirado las hermosas piernas a todas y cada una de sus ciudades. He maltratado sus calles, manchadas por la mentira de sus esquinas. He fracasado al intentar colarme en tus sueños y decirte a la cara lo que pienso. He reido y he llorado; por ti y por mi fiebre frustrada de verte durmiendo. Me he insinuado a la propia lujuria, maltratando los sueños ardientes de mujeres que nunca marchitan. He contemplado a un amigo reir de dolor, inconsciente de los crímenes que es capaz de cometer el amor. He andado los pocos senderos que se dirigen a la cordura, y en ninguno de ellos he visto una voz que por sencilla, fuera bonita. He vencido a horteras de barrio con un gesto altanero. He sido torero de puerta grande en las peores plazas; y de las mejores, aún me duelen las cornadas. No renuncié a soñar, que es lo divino, sino que me aterra ahogarme solo en lo onírico, sin saber qué hay de cierto en todo aquello. He abusado de una labia fabulosamente asquerosa. He prometido cosas sin saber siquiera si existían. He juntado tres sonetos y un vaso de ron para hacerle un remiendo al olvido. He sabido precindir del amor, pues pesaba mucho en el camino. He conocido amigos que se mienten y amantes que se aman. He aprendido a apreciar la paraplejia mentar de arpías indecentes. Todavía no se han dado cuenta de que su desdén endiosado no consigue hacerlas más guapas. Ya no quiero más cosa que vestir a los santos que calmen mis delirios. Por favor, denme un respiro; necesito poner mi alma en conserva; quién lo diría, necesito enterrarme en la sangrienta rutina...

Luiggi Pirandello

jueves, 7 de abril de 2011

Después de la noche

Creía que habías muerto.

Soy sincero, bien sé que eso fue lo que sentía. Descuidada, gris y enmohecida, olvidada, gris y macilenta, no podías estar más tiesa. Fue mi culpa. Sí. Lo confieso, ni las musas, ni Dionisio me vedaron esta pasión. Fui yo mismo, que agitado por el mundo, fui podando de mi vida, todo lo que de mi es romántico.

Y así caminaba, cercenado, por un mundo gris y tibio. Sin amores y sin horrores, iba vacío. Pasajero de mi propia vida, espectador de lujo de mi día a día. Cómo ese amor plastificado, tan carente de sentido. Y fui yo, repito, quien con prisas y deberes, entre el ruido y el trajín, te dí la espalda.

Te doy las gracias por volver. Y de que lo hagas sin rencores. Razones no te faltaron, el haberte yo tratado cómo amante de despecho. Aquellos que una vez atrás el lecho, más de ellos saber no quieres nada.

Benditas flores. Ese preludio de la primavera, ha conseguido resucitar esa parte de mí. Nunca me gustaron las ñoñerías, siempre he sido contrario a las memeces.

Pero esos brotes de color...... los que no terminan de aparecer en la Economía, los que han usucapido el aura invernal de la marchita villa Matritense, los que han destronando a la mediocridad y a la rutina, han sido lo que me han devuelto esta porción de mi vida...... ¡Esos brotes de alegría!

Más hace ya de un mes, que en mi vibra incontenida. Es una brasa encendida, un fragor que no se apaga, una llama siempre viva. No he vuelto a hojear los libros de texto, sin buscar un reatazo de poesía entre los farragosos textos iuspositivistas. No he vuelto a abrir un diario, sin buscar en cada crónica, en cada artículo, en cada noticia, un reflejo de la pasión humana. Hasta los crímenes me parecen rasgos de humanidad, en un estandarizado mundo que se me torna prefabricado y artificial.

Yo.... ya no vago por las calles: vista al suelo, seres translúcidos. Ahora camino. Observo almas, escudriño pasiones, busco ilusiones. Mi inquietud curiosa, anhela respuestas e inventa historias incluso dónde nadie las oculta. Hábito peligroso es éste..... pero...¿Cómo he podido vivir de otra manera?

Y así es cómo descubro, gratamente sorprendido, cómo mi curiosidad se ve saciada. No soy el último, no soy el único. Las musas han despabilado de ese sopor letárgico que en las urbes se respira, a otro estudiante de Leyes y de escaseces.

- “De madrugada siempre cruzo en esta acera”.

Ya el hábito es curioso. No es la ruta que mejor conviene. Habla un compañero con quien, en el suburbano, comparto vagón, no pocas veces. Sigo indagando.

- “No es por comodidad, obviamente, si no porque desde este punto se ve el amanecer más bonito de todo Madrid”.

¡Qué sencilla respuesta!¡Qué genuina contestación!¡Qué réplica tan humana!¡Qué sublime resolución!

No pude de menos de sonreír y dejar perdida en eso cielos mi mirada, e imitarle desde entonces otras tantas mañanas.

Desde entonces contemplo, regocijado, los cielos morados y las nubes naranjas. Miro a esa bóveda del cielo que presenta disfrazada sus respetos a los “gatos”. Estudiantes, albañiles, conductores o becarios, que recién desayunados, saludan temprano a la jornada.

Y recuerdo la voz sonámbula, de otro que aún sin saberlo, es un romántico perdido. Y saboreo en mi memoria ese instante, cambiando las palabras, manteniendo el mismo mensaje, "Desde aquí se ve el funeral de la noche, el bautizo de un nuevo día".

José Arcadio Buendía